Pendeja Raquel, eres una pendeja, no me es suficiente el tiempo
para pendejearme, ¿tiempo? Como si eso tuviera importancia ahora, tengo que
encontrar una salida, debe haber una salida, alguna clave, algún objeto, tiene
que haber algo que me muestre un camino, no soporto este lugar, siento que se
me queman los pulmones por el olor que sube con el vapor del suelo, lleno de
excremento, orines y mi propio vomito el cual no puedo evitar al ver como caen
pedazos de carne putrefacta de las paredes que hierven con furia
Es horrible no saber cuánto llevo aquí, la palabra infierno me
suena tan inocente en comparación con esto ¿Y todo porque? Yo lo único que quería
estar con Carlos, habitar en su pensamiento, que fuera el todo todito para mí,
irme lejos de todo con él, lejos de los abusos de mi padrastro, de mi jefe en
el trabajo, lejos de una vida vacía donde todo fuera bonito, pero si siempre
fui tan vulgar, no sé en qué momento me creí que fuera a pasar cosa tan ridícula
Sigo sin entender, vivíamos dominados por la pasión, no había momento
en que pudiéramos dejar de tocarnos, de entregarnos el uno al otro, supongo que
fue un error agregarnos a Facebook, claro que me ponía loca de celosa, si todas
las zorras se la pasaban poniendo like y comentando cada cosa que el hacía, aunque
eso no me dolió tanto como cuando me pregunto si sería mejor que empezáramos a
usar condón, ni su esposa era una gran molestia, él ya me había dicho que era
una mujer muy problemática y que si iba a su casa era solo por sus hijos
Yo tenía que hacer algo, algo definitivo, él se estaba alejando y
yo no lo podía permitir, ya había tratado con amarres y esas cosas esotéricas pero
un día obsesionada en internet llegue a un sitio en el cual decía que había que
prender velas negras frente a un espejo y repetir una invocación para que un
ente oscuro cumpliera tus deseos, al principio no le di mucha importancia pero
esa noche una tal Andrea subió una foto abrazada de Carlos y en los comentarios
pude leer que la felicitaban por su nueva relación
Había terminado una botella de vodka y la segunda la llevaba casi
a la mitad, pero nada podía calmar el dolor, esa sensación de desolación desgarraba
la poca cordura que me quedaba, el odio se apodero de mi voluntad y lo único que
estaba deseando en ese momento era hacer sufrir a la tal Andrea, ella era la
verdadera culpable de mi situación, no pensaba en nada más que en arrancarle la
piel y en tener a Carlos hincado a mis pies suplicándome amor
Así con los ojos enrojecidos y lágrimas escurriendo a presión fue
que me pare frente al espejo, tambaleando la muy borracha haciendo equilibrio
con las manos en la mesita de noche, encendí las velas para empezar a repetir
la chingada invocación
“Señor de
la oscuridad, tu que me cubres con tu manto has realidad mis deseos, quiero
sentir la pasión, quiero desangrarme en tu sabiduría y que me integres en el
juego del amor, tu que conoces mis más profundos deseos hazlos realidad que yo estaré
a tu disposición demostrando la fe que en ti deposito con cada una de mis
acciones”
Después de repetir insistentemente esas palabras, en el espejo se empezó a dibujar una figura
masculina, atractiva, con un poder de seducción absoluto, sin darme cuenta como
flotando en el aire estaba ahí con las piernas bien abiertas, con los ojos
desorbitados, sin poder verlo ni tocarlo me estaba haciendo suya, sentía cada
orificio, cada poro de la piel llenarse de lujuria plena
De pronto todo se detuvo, al abrir los ojos y encontrarme en este
lugar mi primer reacción fue vomitar, al resbalarme con el excremento el vómito
cayó encima de mí, por la habitación empezaron a aparecer diferentes objetos,
como hologramas, relojes, mapas, armas, se iban unos y llegaban otros, cuando
me decidí a tocar un telescopio me transporte a un lugar diferente, estaba
dentro de lo que parecía ser un sueño
Me encontraba en una habitación blanca, muy iluminada en la cual podía
ver como apuñalaba una y otra vez a la tal Andrea, como me untaba su sangre en
todo el cuerpo y le pedía a Carlos que la lamiera, como si mi cuerpo fuera
manejado por el demonio que me encerró, no sé si son sueños, no sé si este
sucediendo, una vez al tocar un candelabro me transporte a una pila de cadáveres
sobre la cual estaba teniendo una orgia, el asco y la desesperación me hacen
salir de ahí pero para llegar a este lugar, siempre termino en este lugar
Me gusta ponerme a pensar que es algo pasajero aunque tampoco hay oportunidad
para eso, de pronto todos los pensamientos se vuelven voces, voces monstruosas
con hambre de destrucción que me paralizan, voces que me juzgan y se burlan, me
recuerdan lo pendeja que soy y la manera tan absurda en que me encapricho con
mis objetivos
El miedo y el asco se han vuelto parte de lo cotidiano, ya no
recuerdo lo que realmente importaba, ya no recuerdo lo que me gustaba de la
vida, solo siento que me estoy perdiendo cada vez más y que el significado de
las cosas parece perder valor, me queda
claro que el que busca encuentra por lo cual sigo y seguiré buscando.