miércoles, 25 de enero de 2017

El que busca encuentra

Pendeja Raquel, eres una pendeja, no me es suficiente el tiempo para pendejearme, ¿tiempo? Como si eso tuviera importancia ahora, tengo que encontrar una salida, debe haber una salida, alguna clave, algún objeto, tiene que haber algo que me muestre un camino, no soporto este lugar, siento que se me queman los pulmones por el olor que sube con el vapor del suelo, lleno de excremento, orines y mi propio vomito el cual no puedo evitar al ver como caen pedazos de carne putrefacta de las paredes que hierven con furia

Es horrible no saber cuánto llevo aquí, la palabra infierno me suena tan inocente en comparación con esto ¿Y todo porque? Yo lo único que quería estar con Carlos, habitar en su pensamiento, que fuera el todo todito para mí, irme lejos de todo con él, lejos de los abusos de mi padrastro, de mi jefe en el trabajo, lejos de una vida vacía donde todo fuera bonito, pero si siempre fui tan vulgar, no sé en qué momento me creí que fuera a pasar cosa tan ridícula

Sigo sin entender, vivíamos dominados por la pasión, no había momento en que pudiéramos dejar de tocarnos, de entregarnos el uno al otro, supongo que fue un error agregarnos a Facebook, claro que me ponía loca de celosa, si todas las zorras se la pasaban poniendo like y comentando cada cosa que el hacía, aunque eso no me dolió tanto como cuando me pregunto si sería mejor que empezáramos a usar condón, ni su esposa era una gran molestia, él ya me había dicho que era una mujer muy problemática y que si iba a su casa era solo por sus hijos

Yo tenía que hacer algo, algo definitivo, él se estaba alejando y yo no lo podía permitir, ya había tratado con amarres y esas cosas esotéricas pero un día obsesionada en internet llegue a un sitio en el cual decía que había que prender velas negras frente a un espejo y repetir una invocación para que un ente oscuro cumpliera tus deseos, al principio no le di mucha importancia pero esa noche una tal Andrea subió una foto abrazada de Carlos y en los comentarios pude leer que la felicitaban por su nueva relación

Había terminado una botella de vodka y la segunda la llevaba casi a la mitad, pero nada podía calmar el dolor, esa sensación de desolación desgarraba la poca cordura que me quedaba, el odio se apodero de mi voluntad y lo único que estaba deseando en ese momento era hacer sufrir a la tal Andrea, ella era la verdadera culpable de mi situación, no pensaba en nada más que en arrancarle la piel y en tener a Carlos hincado a mis pies suplicándome amor  

Así con los ojos enrojecidos y lágrimas escurriendo a presión fue que me pare frente al espejo, tambaleando la muy borracha haciendo equilibrio con las manos en la mesita de noche, encendí las velas para empezar a repetir la chingada invocación

“Señor de la oscuridad, tu que me cubres con tu manto has realidad mis deseos, quiero sentir la pasión, quiero desangrarme en tu sabiduría y que me integres en el juego del amor, tu que conoces mis más profundos deseos hazlos realidad que yo estaré a tu disposición demostrando la fe que en ti deposito con cada una de mis acciones”

Después de repetir insistentemente esas palabras,  en el espejo se empezó a dibujar una figura masculina, atractiva, con un poder de seducción absoluto, sin darme cuenta como flotando en el aire estaba ahí con las piernas bien abiertas, con los ojos desorbitados, sin poder verlo ni tocarlo me estaba haciendo suya, sentía cada orificio, cada poro de la piel llenarse de lujuria plena

De pronto todo se detuvo, al abrir los ojos y encontrarme en este lugar mi primer reacción fue vomitar, al resbalarme con el excremento el vómito cayó encima de mí, por la habitación empezaron a aparecer diferentes objetos, como hologramas, relojes, mapas, armas, se iban unos y llegaban otros, cuando me decidí a tocar un telescopio me transporte a un lugar diferente, estaba dentro de lo que parecía ser un sueño

Me encontraba en una habitación blanca, muy iluminada en la cual podía ver como apuñalaba una y otra vez a la tal Andrea, como me untaba su sangre en todo el cuerpo y le pedía a Carlos que la lamiera, como si mi cuerpo fuera manejado por el demonio que me encerró, no sé si son sueños, no sé si este sucediendo, una vez al tocar un candelabro me transporte a una pila de cadáveres sobre la cual estaba teniendo una orgia, el asco y la desesperación me hacen salir de ahí pero para llegar a este lugar, siempre termino en este lugar

Me gusta ponerme a pensar que es algo pasajero aunque tampoco hay oportunidad para eso, de pronto todos los pensamientos se vuelven voces, voces monstruosas con hambre de destrucción que me paralizan, voces que me juzgan y se burlan, me recuerdan lo pendeja que soy y la manera tan absurda en que me encapricho con mis objetivos


El miedo y el asco se han vuelto parte de lo cotidiano, ya no recuerdo lo que realmente importaba, ya no recuerdo lo que me gustaba de la vida, solo siento que me estoy perdiendo cada vez más y que el significado de las cosas parece perder valor,  me queda claro que el que busca encuentra por lo cual sigo y seguiré buscando.